Un deja vu que da miedo...Racing, en promoción, perdió puntos sobre el final contra Huracán

Racing volvió a jugar mal, no liquidó el partido y, en la última jugada, dejó escapar la victoria ante Huracán, por lo que perdió la chance de superar a Central (que todavía no ganó en el certamen) y salir momentáneamente de la zona de promoción.
Faltaban 20 segundos. Ese tiempo, efímero, bastó para que (una vez más) las ilusiones se disiparan. No importó que el rival fuera débil y que ni siquiera rematara al arco de Jorge De Olivera para causar un nuevo dolor en El Cilindro. Es que Racing, como en los últimos tiempos, lidió con su incapacidad para generar juego y una constante falta de actitud para resolver situaciones determinantes.
Desde el inicio del cotejo, como en el clásico del sábado pasado, La Academia dio ventajas, porque la lectura de Miguel Russo no fue acertada a pesar de que el equipo terminó ganando la primera etapa. Lucas Castroman, sin proyección, explosión, ni recursos para crear una sociedad con el resto de sus compañeros, fue el primero en demostrar que su nivel no está a la altura de las circunstancias y necesidades. Sin embargo para el técnico Académico, el jugador que se caracteriza por pedir perdón en inusitadas oportunidades por partido, sigue siendo titular. Fabián Ayala, de impensada fragilidad en los cruces ante los discretos delanteros rivales, genera que se acrecienten las dudas sobre su capacidad deportiva en esta etapa de su vida, mientras que Claudio Yacob, con lentitud e imprecisión para manejar la pelota en el mediocampo, no ratifica con sus actuaciones su condición de capitán.
Lo que "salvó" a Racing de una noche aún peor fue su rival. Huracán, lejos del tiki tiki y cada vez más cerca de volver a usar la calculadora (fue inaudito que justo los Quemeros nos cargaran por la situación que vivimos) no tenía la intención de atacar ni sabía como hacerlo. En un contexto tan pobre, Racing se acercaba al área de Gastón Monzón gracias a la labor de Juan Carlos Falcón (jugó el mejor partido en su segundo ciclo en el club),las trepadas de Gabriel Mercado, el incansable despliegue de Pablo Lugüercio, y la inteligencia y buena ubicación de quien, increíblemente, estaba en el banco de suplentes: Claudio Bieler.
Después de la única aparición positiva de Castroman, con una "tijera" que Monzón descolgó del ángulo, Racing no tenía situaciones netas de gol. Hasta que Bieler, con su oficio y potencia, buscó el arco desde muy lejos y, con la colaboración de una floja reacción del arquero del Globo, metió el primer tanto de la noche.
En la parte complementaria, después de comenzar bien plantado en campo rival pero sin resolución en los metros determinantes, Racing empezó a renunciar extrañamente a atacar. Como si considerara terminado al encuentro, el equipo empezó a lateralizar el balón y se olvidó de Bieler. También, se cometió el error de dejarle la iniciativa al rival, que estaba derrumbado pero tomó el rol de visitante necesitado que busca el punto.
Damián Steinert, quien ingresó y otra vez mostró velocidad, criterio e intenciones verticales, le dio un poco de aire a Racing. Y Sebastián Grazzini, con su buen pie pero sin la constancia que lo constituiría en un titular indiscutido, ilusionaron con conseguir la chance de marcar el segundo tanto.
Pero como Racing se olvidaba del arco rival y después de que Juan Carlos Falcón fuera reemplazado por el juvenil Bruno Zuculini, llegaría el momento dramático. El gran proyecto que es Zuculini cruzó innecesariamente a un rival y, desde un tiro libre de esos que a Racing le duelen, llegó un centro "venenoso". Aveldaño y Ayala ni despegaron del suelo, Domínguez se elevó y, de cabeza, batió a De Olivera.
El reloj se clavaba en el minuto 45 y, como en tantas otras oportunidades, sobre el final el equipo perdió puntos. Por "suerte" Gimnasia y Chacarita se enfrentan entre sí. Por "suerte" perdió Central. Por "suerte", Atlético sigue sin encontrar rumbo. Pero, por "suerte" para nuestros rivales directos, seguimos siendo ingenuos desde el planteo, en los momentos clave, y seguimos, lamentablemente, en promoción.

Matías Ruffet.